HISTORIA

  

 

El Consulado se encuentra en la ciudad de Tucson, fundada en 1776 como un presidio novohispano con muros de medio metro de anchura, por tres y medio metros de altura, que fungía como punto de paso entre las misiones jesuitas de San Xavier del Bac y San Agustín (San Cosme y Damián), ambas instituidas en 1692.

Al igual que otros asentamientos virreinales de lo que ahora es el oeste estadounidense, las misiones eclesiásticas se asentaron en territorios de pueblos originarios, incluidos los yaquis, los tohono o’odham y los apaches, que habían habitado por siglos lo que en la época novohispana (1794) eran las Provincias Internas de Nueva Navarra (Sonora y Sinaloa), Nuevo México, y Nueva Vizcaya.

Para 1821, en Tucson ondeó la bandera del México independiente, y hacia 1830 sus edificios se habían expandido mucho más allá del presidio original, con asentamientos favorecidos por el río Santa Cruz, que permitía irrigar campos de maíz, frijol, calabaza, chiles, sandías, peras y granadas. El clima de Tucson, inserto en la región conocida como Desierto de Sonora, con el icónico saguaro como especie endémica, ha permitido por siglos una temporada de lluvias al año (monzón), entre junio y septiembre, que condensa la humedad del océano Pacífico y que la distingue de sus regiones aledañas (el desierto de Mojave, al norte, y el desierto de Chihuahua, al este).

Tucson fue ocupada en 1846 por el Batallón Mormón durante la invasión de Estados Unidos a México y la guerra que produjo, pero la ciudad continuó siendo eminentemente mexicana por una década más. Ante las presiones de la doctrina del Destino Manifiesto, la Fiebre del Oro en California, las escaramuzas con los pueblos indígenas, y la visión del gobierno federal estadounidense de unir su territorio continental por medio del ferrocarril, en 1854 el área geográfica de La Mesilla, en cuyo centro se asienta Tucson, fue vendida a los Estados Unidos (Gadsden Purchase). Los últimos soldados mexicanos abandonaron definitivamente la ciudad en 1856.

La venta de La Mesilla definió la nueva frontera terrestre entre México y Estados Unidos desde lo que hoy es Yuma, Arizona, hasta prácticamente Las Cruces, Nuevo México. Además, permitió el tendido férreo de la empresa Union Pacific en una planicie alejada de los retos de ingeniería y costos que implicaba la elevación topográfica en torno al Gran Cañón.

Más importante aún, la venta de La Mesilla dividió de facto y artificialmente el territorio de las naciones yaqui y tohono o’dham, a quienes hasta la fecha México y Estados Unidos reconocen su derecho a cruzar la frontera binacional.

En el preludio de la Guerra Civil estadounidense, dos convenciones populares, una de ellas ocurrida en Tucson (1861), sometieron a voto la creación del Territorio Confederado de Arizona, que era exactamente el mismo de La Mesilla, y aprobaron peticionar su incorporación a la Confederación, solicitud aceptada en 1862 por Jefferson Davis.

Conforme avanzó el conflicto bélico, en 1863 el Congreso estadounidense declaró la creación del Territorio de Arizona de los Estados Unidos, con su frontera al este en el meridiano 109 y al norte con el paralelo 36. Esta definición dividió al entonces territorio de Nuevo México, y tras la cesión de Las Vegas a Nevada por el gobierno federal en 1867, Arizona adquirió su forma territorial vigente.

A partir de ese 1867 y hasta 1877, Tucson fungió como capital de Arizona, trasladada después a Prescott en 1877, hasta que Phoenix fue declarada como el asiento del gobierno estatal en 1889. Durante estas décadas, Arizona fue poblado al norte por inmigrantes mormones que venían desde Utah, y al sur por la industria minera de cobre. Este periodo también vio transcurrir los encuentros armados más álgidos de la región entre tropas estadounidenses, los tohono o’odham y los apaches. Hacia el final del siglo XIX, como símbolo del ocaso de las Guerras Indígenas (Indian Wars), Gerónimo, el último Gran Jefe guerrero que alternaba reagrupaciones y redadas en ambos lados de la frontera (también era perseguido en las sierras de Sonora y Chihuahua), se rindió definitivamente en 1886 ante el ejército estadounidense.

 

Para 1882, el Consulado de México en Tucson abrió sus puertas, y desde 1936 operó continuamente en el inmueble ubicado en el centro de la ciudad, en 553 South Stone Avenue; edificio histórico que sigue siendo propiedad del Gobierno de México. En 1987, la sede adquirió el rango de Agencia Consular y en 2001 fue elevada a Consulado de Carrera. En 2014 inició su traslado a la ubicación actualmente en uso en 3915 Broadway Ave., inaugurada formalmente en 2016, donde mantiene jurisdicción consular sobre los condados de Pima y Pinal.

Según el Censo estadounidense de 2020, se estima que en la circunscripción del Consulado de México en Tucson radican más de 480,000 personas de origen mexicano, sumadas a la población flotante que acude de visita, trabajo o negocios a Tucson, en su mayoría de la megarregión Sonora-Arizona. Estas comunidades siguen escribiendo su propia historia, tejida por su geografía, su gente, y un sentido de pertenencia binacional afianzada desde hace siglos. El Consulado de México espera seguir siendo un aliado de la red de organizaciones y autoridades locales al servicio de esas comunidades.

 

 

Tucson

Pima

Pinal

Población total

548,082

1,047,279

462,789

Población de origen mexicano

223, 205 (40.7%)

355, 285 (33.9%)

128,821 (27.8%)

 

Con información de Arizona Historical Society, U.S. Census Bureau (2020) y Archivo Consular.